Monográfico dedicado a la heráldica del monasterio de Pedralbes

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Vista del absis y campanario de la iglesia del monasterio de Pedralbes (Barcelona)

Se ha actualizado el «Libro de Armoria», el día 26 del mes de septiembre de 2008. 

LA HERALDICA EN EL CLAUSTRO DEL MONASTERIO DE SANTA MARIA DE PEDRALBES 

Preámbulo

 Entre las antiguas y venerables piedras góticas que aún nos quedan en la ciudad de Barcelona, es el monasterio de Pedralbes uno de los cenobios de señoras que más admiración despiertan, entre los seguidores del arte gótico catalán y más veneración junto con la catedral por parte de los barceloneses. 

Si la memoria me es fiel, creo recordar, que en la ciudad Condal hasta finales del siglo XIX, existían de siete a ocho, conventos medievales de hechura gótica de admirable belleza arquitectónica.  Uno de ellos el de Sant Francesc, de la orden de San Francisco, en íntima conexión con el monasterio de Pedralbes, pues a ellos les fue encomendada la misión espiritual de las monjas, con no pocos roces con las diferentes madres abadesas; estaba situado en los aledaños del puerto, fue derruido para ampliar el hoy paseo de Colón, y la construcción del actual edificio del Gobierno Civil. En el año 1247 el propio rey Jaime I el Conquistador, presidió los inicios de los trabajos del nuevo convento gótico sobre los cimientos románicos que ya existían, las obras se prolongarían hasta el 1297. El claustro se empezó a construir y duraron las obras hasta mediados del siglo XIV. Otro convento, el de los dominicos de Santa Caterina, también fue edificado en el siglo XIII,  según el diseño arquitectónico aceptado por la Orden de Santo Domingo, imperante en aquella época, constaba de nave única con capillas laterales, armazón de crujías góticas, un pequeño claustro y un campanario. Fue derruido por la piqueta municipal para construir un mercado municipal de indudable fealdad, pero muy popular por las clases trabajadoras, por suerte, hace pocos años ha sido remodelado, creando un espacio modernista de buen gusto, el Ayuntamiento ha tenido el buen acierto, de dejar al descubierto en un pequeño espacio, las ruinas del antiguo convento. El convento de Santa Caterina albergaba y era uno de los preferidos por las familias nobles para sus enterramientos, y bien surtido de labras heráldicas como la familia de los Maya y otras que seguramente se habrán perdido, con suerte en algún depósito municipal. Otros conventos medievales fueron trasladados a otra ubicación del Eixample barcelonés algunos fueron quemados en la Semana Trágica. No citaremos más desaciertos, quedando actualmente unos tres conventos de factura gótica, reconvertidos en iglesias parroquiales. 

Construcción del monasterio de Santa María de Pedralbes

 Hubo una reina de la Corona catalanoaragonesa, hija del noble linaje de los Moncada, modelo de piedad y prudencia, caritativa con los pobres, llamada doña Elisenda de Moncada i de Pinós (1292-1364), hija Otger de Moncada y Elfa de Luna, uno de los linajes más influyentes, siendo senescales de Catalunya y Aragón. Fue la cuarta esposa del rey Jaime II, de Aragón (1267-1327), descendiente de la Casa de Barcelona, contrajo matrimonio en primeras nupcias con el rey don Jaime II, este rey tenía 55 años, cuando se casó con Eleonor que tenía 30 años, en el año 1322, se llevaban 25 años de diferencia. Después de largos años de reinado, ésta le pidió al rey la construcción de un monasterio de clarisas, bajo la advocación de Santa María. El monasterio se halla situado en la parte alta de Barcelona, en un predio, situado entre la falda de la montaña de Sant Pere Màrtir y la villa de Sarrià, que en aquel entonces no era un municipio agregado a la ciudad de Barcelona.  

 La primera piedra fue colocada por los monarcas en el absis de la iglesia, el mes de marzo del 1326  y un año más tarde el 3 de mayo del 1327 el monasterio se hallaba bastante avanzado como para poder albergar la primera comunidad de monjas clarisas. En la actualidad sigue siendo habitado por una pequeña comunidad por miembros de esta orden. El edificio constituye uno de los mejores modelos del gótico catalán, tanto por su iglesia como el bellísimo claustro, siendo uno de los más espaciosos y armónicos de este estilo. Y lugar obligado de visita para los heraldistas. Es un ejemplo típico de núcleo monástico, defendido por poderosas murallas almenadas, en parte subsistentes todavía, en su interior acogía el soberbio monasterio de estilo gótico-catalán y las dependencias de la servidumbre que cuidaba de la parte exterior, trabajando y cuidando de las tierras propiedad de la orden y el avituallamiento del monasterio. 

Una sobrina de Santa Clara, de nombre Inés, llegó a Barcelona para fundar el monasterio de San Antón y Santa Clara, en el  barrio de la Ribera, donde ahora se sitúa el parque de la Ciutadella (1232-1236). En aquel tiempo las Clarisas seguían la Regla de San Benito. Del monasterio de Sta. Clara el año 1327 salieron 14 monjas para fundar el monasterio de Pedralbes. En 1513, al ser aprobada la Regla de Sta. Clara, los monasterios de Clarisas tuvieron que escoger entre una Regla y la que tenían anteriormente. El edificio constituye uno de los mejores modelos del gótico catalán, tanto por su iglesia como el bellísimo claustro, siendo uno de los más espaciosos y armónicos de este estilo. Y lugar obligado de visita para todos los amantes del arte góticos heraldistas.

En 1991 se declaró el monasterio Monumento Histórico Artístico. Una parte pasó a formar parte del Museo de Historia de la Ciudad. 

La reina Elisenda hizo construir su residencia un palacio anexo, junto a las dependencias comunitarias, habitó en este palacio hasta el momento de su fallecimiento. Con fama de reina prudente e inteligente, recibía a los nobles del reino que le pedían consejos familiares  y de estado. Dedicó todos sus esfuerzos a las muerte del rey incluso en vida codirigir la Corona de Catalunya y Aragón, que era el imperio marítimo más importante de todo el mediterráneo y una de las grandes potencias mundiales. 

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Capilla latera larmoriada con las armas de los Moncada,  en la nave de la iglesia en el monasterio de Santa María de Pedralbes.

La iglesia

  La iglesia tiene nave única, ábside poligonal y destacados rosetones, aunque las vidrieras y rosetones no son notables por su tamaño, la disposición arquitectónica hace que la nave tenga una luminosidad diáfana y un aspecto muy despejado que impresiona a primera vista. Las nervaduras de los arcos están culminadas por por llaves de crucero con motivos religiosos policromado, en buen estado de conservación, pero la ornamentación en general es muy parca. Es una iglesia austera, libre de obstáculos visuales y físicos. Un iglesia diseñada para la oración y recogimiento de las monjas clarisas. La iglesia que tardó 60 años en ser construida tiene tres cuerpos: La parte alta era para las últimas oraciones de la noche y las primeras de la mañana, la parte media era utilizada por los frailes y la parte baja para las oraciones del día. Al lado de la entrada se encuentra la Sala capitular construida en el año 1416, por los maestros de obras Guillem Albiell y Antoni Nato, presidida por La Mare de Déu dels Desemparats y el escudo de la familia Moncada, el de la reina y el de Constança de Cardona.  

La basílica, que domina con su altura todo el barrio de Pedralbes, tiene desde el exterior un aspecto macizo y bastante adusto, especialmente en la parte lateral, recta y prácticamente sin adornos y cuya rigidez sólo se ve perturbada por los contrafuertes, ya que no se emplearon arbotantes. Esta sensación de bloque compacto y poco grácil empieza a disiparse cuando uno se enfrenta al pórtico, aunque también carece de ese aspecto que caracteriza las grandes iglesias góticas europeas. Flanqueda una torre octogonal, similar a la iglesia del Pino, de Barcelona, en la fachada destaca también por su sobriedad, con el rosetón enmarcado por dos robustos contrafuertes. En el pórtico de entrada a la iglesia destaca los escudos de los Moncada partido con los palos de la Corona de Aragón, que se van sucediendo en la heráldica principal de este monasterio en especial en las columnas del claustro. 

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Túmulo con el sarcófago de la reina Elisenda de Moncada, en la capilla de Sant Miquel, vestida  con el hábito de monja clarisa.

Hay que señalar el sepulcro de la reina Elisenda de Moncada que ofrece al espectador dos vertientes la que da a la iglesia, donde aparece su imagen sedente, vestida como reina y soberana y la que da al claustro donde se muestra como viuda y penitente, en el suelo de esta capilla se hallan cuatro sepulcros de señoras nobles. Hay que resaltar las vidrieras de exultante belleza, edificadas y montadas en el siglo XIV, la vidriera gótica alcanzó un desarrollo más relevante con diseños como los de la iglesia del monasterio de Pedralbes y los tres coros: el alto, el bajo y el de las monjas.  

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Vista del ala oeste del claustro del monasterio, al fondo el campanario de la iglesia.  

Claustro y otras dependencias

 El claustro donde se organiza todo el monasterio, es uno de los más grandes de Europa, consta de una longitud de 40 metros, formado de tres pisos, apoyados sobre arcos apuntados sobre estilizadas columnas, sostenidas por capiteles en los que hallan labrados los escudos el de la reina Elisenda, con las armas de su familia y el rey de la corona aragonesa, certifican la importancia de este claustro gótico dentro del panorama del gótico catalán.  En la primera planta claustral al fondo se tiene acceso a la Sala Principal, el dormitorio de las monjas, fue objeto a través de los años de diferentes remodelaciones, para evitar el frío y la humedad, que desdibujaban completamente los elementos góticos. Actualmente se pueden ver de nuevo las ventanas del siglo XIV, se han restaurado los estucados originales de las paredes mostrando los arcos ojivales, parcialmente tapados por un artesonado del siglo XVI. En la parte posterior del acceso podemos ver uno de los contrafuertes de la iglesia que, como elemento escultórico, soporta las escaleras de caracol que suben al antiguo «purgatorio». En la misma sala llamada Salón Principal del Palacio, se han eliminado todos los elementos añadidos, quedando una vasta sala donde se exponen los antiguos tesoros de la comunidad. En total, la superficie de exposición es de 200 metros lineales distribuidos en más de 907 m2.  En la primera planta claustral se hallan las celdas, donde las religiosas pasaban sus días en oración y retiro espiritual, cosiendo y estudiando, circulan el patio con arcos apuntados. La celda de la Reina Elisenda, y la Capella de Sant Miquel, a la derecha de la entrada, tiene murales pintados en 1346 por el maestro catalán Ferrer Bassa, realizadas en 1346, que importó las técnicas de pintura del gótico italiano, influenciado por el artista Giotto y los talleres de Lorenzetti o Simone Martini.  Majestuosa es la Sala Capitular, con pinturas murales, con un arcosolio en el que se halla el osario de la abadesa Dolzet. Su función principal era la reunión de la abadesa con la comunidad. En esta sala capitular, la abadesa y las monjas recibían cada año la visita de los consejeros de la ciudad que, por decisión de la reina, eran considerados protectores de la comunidad. Durante muchos años, los consellers de la ciudad, colaboraron en la construcción y conservación de las dependencias monásticas y, en contrapartida, tenían el privilegio de apadrinar a una doncella para que pudiera entrar en la comunidad, sin la dote preceptiva que era obligatoria. En el centro del claustro se halla un expléndido jardín con una fuente en el que cultivaban plantas medicinales para elaborar los medicamentos transformados en ungüentos e infusiones curativas, que se administraban en la enfermería, ésta también se tiene acceso en la primera planta del claustro.

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Sarcófago de la abadesa Francesca Saportella o Çaportella, en la capilla de Sant Miquel, fallecida el 25 de mayo de 1364.

La heráldica

  La heráldica en este monasterio, sigue las reglas clásicas de iconografía de cualquier cenobio medieval en la Corona catalanoaragonesa. Los blasones predominantes son los de la reina Elisenda de Moncada, que se hallan distribuidos por todo el recinto con la partición de las armas de los Moncada y las del rey de Aragón, descendientes de la Casa de Barcelona. También los blasones que se hallan en los enterramientos de abadesas y de la nobleza, corresponden a los cánones heráldicos, correspondientes a los blasones femeninos: escudos redondeados, otros en losanje, circundados con motivos florales, según el gusto de la época, la estola de abadesa colgante, en algunos excesivamente larga,  pero siempre con las armas labradas de las familias patricias de Catalunya a las cuales pertenecían.  Los epitafios escritos en la parte inferior de la lauda sepulcral en idioma catalán antiguo o latín arcaico, labrados en letra uncial los más antiguos y en letra semiuncial del siglo XIV, con transición al período gótico-renacentista, otras inscripciones en tipo letra gótica ya implantada en la Corona, a finales del siglo XV, estas inscripciones dan testimonio de la vida de la finada, con los datos fechados de su defunción. 

En la Sala Capitular, en el interior de ella, se encuentra unos cuatro sepulcros, más destaca el arcosolio con el osario de la abadesa de Olzet, de gran simplicidad, con excelente labrado en su epitafios. 

En resumen este monasterio, es buen ejemplo de la heráldica cenobial exclusivo de señoras, que nos ha quedado hasta nuestros días y que al estar protegido por los Consellers de la ciudad de Barcelona ya desde el inicio de su creación hasta el actual Ayuntamiento, no ha sido objeto de saqueos ni destrucciones, se conserva tal y como fue creado en sus inicios por la reina Elisenda de Moncada y las abadesas que la precedieron. 

Relación de escudos del monasterio de Pedralbes 

Aragón, María de, letra A, p. 40. – Caixans, Sibila, 7.  – Cardona i Pinós, Constança, 22. – Cardona, Margarida, 23. – ÇaRovira, Agnes, letra C, p. 25. – Castellet, Clara, 35. – Centelles, Violant, 44. – Cervelló, Beatriu, 46. – Cervelló, Maria, 46. – Fenollet, Beatriu, p. 6. – March, Isabel, p. 10. – Moncada i Luna, Violant, 38. – Moncada, Margarida, p. 39. – Olzet, Subirana, p. 8. – Vallseca, Saurina, p. 6. – Miravall, p. 35. – Pallars, Violant, p. 5. – Saportella o Çaportella, Francesca, p. 26. – Luna, Elfa, p. 28. 

Quedan pendientes tres escudos, que se hallan en el grupo de enterramientos de la capilla de Sant Miquel, posiblemente de familiares o allegados de la reina Elisenda de Moncada, en sus laudas sepulcrales no se halla ninguna inscripción. 

J. Sanz

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