La Heráldica de la catedral de Tortosa. Parte II

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Retablo situado en el altar mayor, denominado de la “Mare de Déu de l´Estrella”, antigua patrona de la catedral, fue realizado en el 1351. La parte pictórica obra del pintor italiano Francesco de Oberto. representa la Pasión y Resurrección de Cristo.

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Se ha actualizado el 6 de marzo de 2008 la segunda parte destinada a la “Heráldica de la catedral de Tortosa. Parte II”, así como la actualización del “Libro de Armoria”.

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Relación de escudos de la catedral de Tortosa:

 Fageda, 2. – Jardí, p. 3. – Luna, Pero, 28. – Miravall, 35. – Moll, 38. – Montagut, 46. – Montbrú, 48. (Muy interesante y bien conservado). – Nadal, 1. – Olivella, 4. – Oliver, 5. – Oliver-Alaixar, 5. – Oriol, 11. – Parcero, 7. – Perafeta, 14. – Perellós, 16. – Pinyana, 22. – Prat o Prats, 31. – Punter, 39. – Sáez, 4. – Segarra, 40. – Soldevila, 46. – Spuny, 51. – Tavérnoles, 5.Torrelles, 13. – Valldeperes, 4. – Vallmoll, 6. – Vilafranca, 18. – Vilaubí, 25.

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LA HERÁLDICA DE LA CATEDRAL

DE TORTOSA

Parte II 

La Canonjía agustiniana de la catedral de Tortosa

Junto a la catedral en el espacio del claustro se han conservado íntegras las antiguas dependencias de la Canonjía agustiniana, fundada en el siglo XII por el obispo Gaufred, abad del monasterio de San Rufo, en Avignon (Francia) y primer obispo de Tortosa, después de la conquista cristiana. Se construyó entre los siglos XII y XIV, junto al muro que protegia la zona del “Forum de la Dertosa” (Tortosa) romana, las salas y aposentos, fueron destinadas a la vida comunitaria y actividades de los canónigos regulares de San Agustín y de otros religiosos destinados al servicio litúrgico, cultural y hospitalario de la catedral tortosina. En diferentes épocas llegó a alojar más de 200 a 250 religiosos.

El obispo Gaufred d´Avignon, en 1165, estableció aquí la vida reglar de San Agustín. Se cree que en el principio de esta comunidad religiosa fueron sólo nueve los canónigos, que son los firmantes del documento “Prima ordinatio ecclesie Dertusensis” de la constitución de este canonicato, fueron los siguientes religiosos: Geraldo, Pedro, Clemente, Bartolomé, Sancho, Juan, Bernardo, y dos Guillermos. El Papa Adriano en su carta al Conde de Barcelona Don Ramon Berenguer IV señala que el obispo tenía “XX frates in conventu”, es decir, veinte frailes en el convento, con escasos medios para subsistir. Este número se ve aumentado en el transcurrir de los años y en el 1320 tuvo que reducirse con la constitución de un ordenamiento que restringía el número de canónigos.
Se creó posteriormente los cargos de prior, camarero, hospitalero enfermero, dependientes del canonicato, de modo que eran sólo los canónigos los que servían en su primitiva institución.

 

 Vista de la nave central de la catedral de Tortosa

 

 Vista del absis y triforio desde el fondo de la nave de la iglesia.

  

En tiempos del segundo obispo Don Ponce de Mulnells (1193), por parte del cabildo se adjudicaron a los mencionados oficios ciertas remuneraciones, con la obligación de dar cuenta dos veces al año, que debían invertirse en su institución. En el trancurso del tiempo se alteró esta disciplina, y comenzaron a darse estos oficios a quien no era canónigo. Por otra parte los empleos tenían designados los beneficios de ciertas iglesias, mientras que los canónigos percibían una menguada paga, señalada por el Papa Luna en su obispado.
En el siglo XV, fue decayendo la disciplina regular, de modo que el Papa Luna, disolvió parte de la vida comunitaria, consignando a cada canónigo su parte en dinero las distribuciones cuotidianas. Siguió la de vivir fuera del claustro, la abolición de poder hacer testamento, parte de las cuales fueron concedidas por el papa León X. Secularizadas más adelante en el 1592 todas las casas reglares de San Agustín en el Principado de Catalunya, Condados de Rosellón y la Cerdaña.
El papa Clemente XIV, secularizó del todo la canonjía de esta iglesia en el año 1772. En estos dos siglos últimos era todavía llamada de canónigos de San Agustín, quedando como vestigio de la vida reglar antigua el año de noviciado y la profesión de los canónigos.

 

El Tesoro catedralício

Las salas albergan actualmente la “Exposición Permanente del Fondo Artístico de la Catedral y Canónica de Santa Maria”, recientemente inaugurada. Consta de nueve salas, a cual más interesante:

 

Sala 1: Dependèncias del antiguo palacio del obispo. Recepción.
Sala 2: Sala del Prior. Epigrafia: Lápidas romanas (s. I-II dc). Lápida trillingüe (s. VI-VII dC). Lápida de las atarazanas árabes. (s. X dC).
Sala 3. Galerías. Fragmentos arquitectónicos. Objetos de uso cotidiano.
Sala 4. La Canonjía. Subterráneo A. Restos de las diversas construcciones de la Catedral. Elementos arquitéctonicos.
Sala 5. La Canonjía. Subterráneo B. Restos de diversas construcciones de la Catedral. Elementos de cerámica i escultura.
Sala 6: La Canonjía. Sala de «l’Almoina» (Sala de la Limosna). Mobiliario y Audiovisual.
Sala 7: La Canonjía. Refectorio de los Canónigos. Tejidos, pintura, códices y pergaminos. Retablo de la Transfiguración (s. XV). Tapiz de la Santa Cena (s. XV). Ajuares episcopales (s. XII-XVII).
Sala 8: Passatge de l’Olivera (Pasaje del Olivo). Escultura: Cristo del Palau. Baix relleu dels Cavallers (Bajo relieve de los Caballeros). Crist d’Ivori renaixentista (Cristo de Ivori renacentista).
Sala 9. Canonjía. Dormitorio de los Canónigos. Orfebrería, sillería del coro i tapices. Custodia del Corpus. Imagen de la Santa Cinta.

En  la “Exposició Permanent”, sobresalen tesoros religiosos de incalculable valor artístico e histórico, que han estado ocultos por diferentes motivos a los ojos del público hasta nuestros días.

  Antiguo coro de madera de nogal

 Coro de madera de nogal de Navarra, construido por Cristóbal de Salamanca en 1591. Se halla siituado actualmente en el antiguo dormitorio de la canónigos.

Destacamos la artística sillería del coro de los canónigos, fabricada con nogal de Navarra, en un buen estado de conservación, con un inmejorable y perfecto tallado del siglo XVI, obra renacentista construida por Cristóbal de Salamanca, fallecido antes de acabar su encargo en el 1591, y continuado por sus discípulos, es una de las mejor conservadas de España. Actualmente se halla en el antiguo dormitorio canonical.

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Cubierta del misal de San Rufo. S. XIII.

Una pieza muy importante es el misal de San Rufo (s. XII), su elaboración se estima que fue realizada sobre los años 1150, decorado con cubiertas de esmalte vaciado. El tapiz flamenco de la Santa Cena, realizado en el siglo XV.  También se muestra una lápida trilingüe del siglo VI y una notable colección de códices de diferentes épocas. La custodia realizada por el orfebre valenciano Eloi Cabanyes y Agustí de Roda en 1638.

Cruz de Calvario. Museo de Tortosa

Cruz del Calvario de piedracon restos de policromía, con el escudo de los Soldevila en la peana, posiblemente donación de esta familia. S. XV.

También se exhibe una cruz de calvario de piedra policromada del siglo XV, posiblemente donación de algún canónigo de la familia Soldevila.

Existen diversos objetos litúrgicos donados por el Papa Luna, que administró esta diócesis entre el 1410-1414. 
Señalamos entre otras construcciones el inquietante, pero a la vez interesante subterráneo laberíntico de 200 metros lineales de galerías, abiertos al público, con habitáculos de pequeñas dimensiones que hoy día guardan restos de materiales de las antiguas iglesias que formaron la catedral, estas galerías son una auténtica obra de ingeniería medieval, con dos 2 metros de altura por 1 ½ de ancho, aproximadamente con un expléndido mazonado de barro cocido cubriendo los muros y el techo abovedado de todo el subterráneo. En la guerra civil española 1936-1939, se utilizó como refugio de los bombardeos que sufrió la ciudad de Tortosa en la Guerra Civil Española (1936-1939).

 

Conclusión

No me ha sido posible reunir todos los escudos de esta magnífica catedral, pero sí su gran mayoría, las causas principales han sido el deterioro de las laudas sepulcrales que se hallan en el suelo de la nave, realizado por los fieles en el deambular de tantos siglos ha acarreado una huella difícil de investigar. Sólo los documentos o los libros de enterramientos no podrían dar alguna luz y aclarar algunos conceptos epigráficos y heráldicos.
De todo el conjunto heráldico labrado en sepulturas, osarios y sarcófagos en las tres plantas de la nave de la catedral y el claustro, se han documentado y fotografiado convenientemente, algunas de ellas no son de una excelente calidad, debido a la falta luz, pero cumple la misión de dar a conocer una heráldica, no citada en muchos casos en los armoriales y nobiliarios al uso.
Los escudos del claustro han sido examinados y reconocidos en su totalidad, excepto una tumba en el suelo completamente maltrecha su epigrafía y el escudo de armas irreconocible, no sé con certeza si se trata de un canónigo o un personaje de la nobleza tortosina, también existe un osario de pórfido con una lápida de alabastro incrustada de pequeñas dimensiones, en un ángulo del claustro, situado en un arcosolio el cual presenta un notable maltrato en su texto epigráfico, en uno de sus ángulos se advierte los trazos de unos escudos labrados, con tres fajas ondeadas en el campo, posiblemente se trate de algún miembro de la casa de los Gerona, pero ante la falta de documentación que lo atestigue, no lo puedo dar por válido a qué personaje o familia pudiera pertenecer este blasón.
Igualmente puede decirse del lapidario de la nave, quedan una dos laudas sepulcrales por identificar en este estudio heráldico. En una de ellas situada en el ábside destaca un blasón cargado de una campana inversada y badajada, el epitafio se halla en muy mal estado puede leerse no sin cierta dificultad: “Sepultura …… nobilis … de Johan..”, el resto del texto es ininteligible, el tipo de letra empleado es una Fracktur, podría tratarse de mediados del siglo XV. Otro tanto, podemos decir de otra sepultura, ésta por su diseño heráldico la podríamos datar de finales del siglo XV o principios del XVI, sin lugar a dudas pertenece a un miembro de la nobleza de Tortosa, en esta lauda puede verse esculpidas tres torres, mazonadas y aclaradas, muy bien ordenadas simétricamente, con cimera mirando hacia la izquierda y lambrequines ondeantes que dan una cierta sensación de movimiento, aunque el epitafio se halla completamente borrado, por tanto, es imposible su análisis y posterior identificación.
Espero que un futuro pueda averiguar la pertenencia de estos escudos.
J. Sanz
www.armoria.info

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